LA UNIÓ de Llauradors denuncia que en los últimos nueve años se ha destruido en la Comunitat Valenciana una superficie cultivada de frutales de verano equivalente a casi 10.000 campos de fútbol
Los datos vuelven a ser desastrosos para los productores con un descenso de ingresos del 20% sobre la anterior que ya fue ruinosa, concretamente 8 millones de euros menos
La campaña de fruta de verano para los productores de la Comunitat Valenciana se vuelve a saldar con un balance desastroso y un nuevo descenso de los ingresos del 20% sobre la pasada que ya tuvo unos resultados ruinosos, según LA UNIÓ de Llauradors. La comparación final es que los agricultores han dejado de ingresar unos 8 millones de euros sobre la campaña anterior.
Con esta situación no es de extrañar que el abandono de tierras de cultivo siga al alza. Según los datos de LA UNIÓ, en los últimos nueve años se ha destruido el 29% de la superficie cultivada de fruta de verano (3.927 hectáreas menos durante el periodo entre 2010 a 2019) en nuestro territorio, lo que equivale a una extensión de 9.696 campos de futbol (con dimensiones mínimas oficiales de 96 x 45).
Si bien es cierto que las cotizaciones medias percibidas por los productores en el global de los cultivos han sido, de media, un 19% superiores a la anterior, no son suficientes para compensar la merma de la producción del 42% respecto a la pasada. El análisis por grupos, aunque todos son del mismo signo negativo, resulta algo distinto, Así, por ejemplo, en albaricoques el precio subió un 54%, la producción descendió un 46% y como consecuencia los productores valencianos de albaricoques han ingresado unos 2,2 millones menos de €, lo que supone un 16% menos que la campaña anterior.
En melocotón y nectarina, los precios han aumentado un 32% y 60% respectivamente, mientras que la producción se ha reducido un 35% y 50%. Los ingresos así han sido menores que en la campaña pasada, en unas cifras de entre 2 y 1,7 millones de €, respectivamente, lo que supone un 14% y 20% menos.
El caso más sangrante es para los productores de ciruelas que han visto como el precio por kg ha aumentado en un 13%, pero al disminuir la producción un 38%, sus ingresos han sido casi 2 millones de euros inferiores a los de la campaña anterior, lo que ha supuesto un 30% menos de ingresos.
Los productores de fruta de verano están al límite. Si la campaña pasada fue desastrosa, la de este año aún ha sido peor y la consecuencia más directa será un nuevo arranque de plantaciones que, por desgracia y ante la falta de rentabilidad de otras producciones, no van a ser replantadas, con lo que se va a ver incrementado el deterioro territorial. Además, en las principales comarcas productoras representará un descenso importante en jornales en el campo o en almacenes, algo que supone unos ingresos fundamentales para numerosas familias de la Vall d’Albaida, la Ribera Alta, la Costera o los Serranos, entre otras.
El malestar entre los agricultores es mayúsculo al comparar. Mientras los precios que pagan los consumidores se han situado de media en 2,73 €/kg, los productores han cobrado en el mejor de los casos de media 0,72 €/kg, es decir que hay un incremento del 285% entre origen y destino. Estas diferencias varían según productos. En albaricoques la diferencia es del 185%, en melocotón del 340%, en nectarina del 227% y en ciruela del 452%.
LA UNIÓ vuelve a insistir que los precios elevados que paga el consumidor no llegan al productor, sino que se quedan en el camino y todos menos los productores hacen negocio del esfuerzo de unos pocos que además mantienen el territorio. La organización exige las Administraciones que pongan urgentemente orden en esta descompensada cadena agroalimentaria y eviten esa especulación atroz que destroza al sector productor. En este sentido pide a la AICA que controle la Ley de la Cadena Agroalimentaria, que exija contratos obligatorios y fijación de precios, así como que se denuncien y persigan las operaciones a resultas.