LA UNIÓ pide incentivos para las mujeres agricultoras y ganaderas que deseen entrar en la titularidad compartida de las explotaciones y también para evitar el despoblamiento
En el tratamiento fiscal, de Seguridad Social, ayudas o seguros agrarios, entre otras
LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders pide medidas que ayuden a visibilizar el trabajo de las mujeres en el medio rural, sobre todo en el sector primario, mediante incentivos para entrar en la titularidad compartida y evitar también el riesgo de despoblamiento de nuestros pueblos.
Con motivo del Día de la Mujer del próximo domingo, la organización pone el acento sobre la importancia de la actividad de las mujeres en los pueblos, en muchos casos invisibilizada y pide que la nueva PAC contemple medidas de discriminación positiva para que ayuden a poner en valor su trabajo.
LA UNIÓ cree que la Ley de titularidad compartida necesita impulsos para hacerla más útil e interesante y mejorar así la situación de la mujer agricultora o ganadera. En este sentido reclama que se mejore el tratamiento fiscal de los gastos de las explotaciones inscritas en el registro de titularidad compartida, una reducción permanente del tipo de cotización a la Seguridad Social, un incremento del 10% en las ayudas a las inversiones de las explotacions agrarias, un importe de ayuda adicional en las ayudas de primera instalación o una subvención adicional del 10% en los seguros agrarios.
También propone LA UNIÓ que se establezca un complemento salarial para aquellas mujeres funcionarias entre 20 y 40 años de edad que trabajen y residan en municipios con riesgo de despoblamiento y ayudas para el alquiler de viviendas de familias con hijos e hijas menores de 16 años que quieran residir en municipios con riesgo de despoblamiento.
Otros aspectos que propugna LA UNIÓ es que la industria fabricante de utensilios y maquinaria agrícola tengan en cuenta las características morfológicas de las mujeres a la hora del diseño y fabricación de los mismos.
LA UNIÓ recuerda que el trabajo en la agricultura y la ganadería en los países desarrollados en todo el mundo lo llevan a cabo un 43% de mujeres rurales pero que lo hacen muchas veces con baja protección, falta de seguridad personal en los ingresos, mal remuneradas, escasa visibilidad y poca presencia en las políticas y decisiones que les afectan en su día a día.
La documentación de base elaborada por la Comisión Europea en la propuesta de nueva Política Agrícola Común (PAC) reconoce que “la gran mayoría de las mujeres en la agricultura están clasificadas oficialmente como que trabajan en las explotaciones o granjas como miembros de la familia, incluso cuando la rutina diaria de administrar las mismas se comparte a partes iguales con sus parejas”. “Además, la contribución de las mujeres al desarrollo local y comunitario es significativa, pero las mujeres rurales son una minoría en la toma de decisiones y la planificación, particularmente en el sector agrícola”, indica el documento sobre retos socioeconómicos del informe Modernizar y Simplificar la PAC.
“Aún hay mucho que hacer”, afirma, LA UNIÓ. “Creemos que la nueva PAC puede representar una oportunidad para poder integrar a la mujer en toda la actividad agrícola y ganadera e impulsarla, así como a los jóvenes”, señala, poniendo de manifiesto el doble trabajo que tienen aún las mujeres, el de la producción y el de cuidados.
La organización, que se encuentra alineada con el tema de este año establecido por ONU Mujeres, “Soy de la generación de la igualdad: por los derechos de las mujeres”, insiste que aún hay que avanzar mucho para que se reconozca todo el trabajo que realizan en el medio rural. Igualmente, insiste en la doble brecha que existe, por ser mujer y por vivir en el medio rural.