LA UNIÓ y AVA piden la suspensión de la caza en los arrozales de Cullera hasta que se aclaren las responsabilidades de las quemas incontroladas
Las organizaciones agrarias considerarían injusto y plantearían acciones judiciales si los arroceros reciben penalizaciones por una imprudencia que han cometido otros
LA UNIÓ de Llauradors y la La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) solicitan al ayuntamiento de Cullera la suspensión temporal de la caza en los arrozales del término municipal hasta que se aclaren las responsabilidades de las quemas de la paja del arroz efectuadas de manera incontrolada y sin autorización, ni por los propios agricultores ni por la conselleria de Agricultura, justo tras finalizar las labores de siega.
Ambas organizaciones agrarias reprochan que el consistorio publicara un bando para dar comienzo en Cullera a la quema de la paja el 13 de octubre, es decir, un día antes de que la Generalitat Valenciana iniciara el periodo autorizado para esta campaña en la mitad sur del parque natural de La Albufera, y que un grupo de cazadores de varias localidades iniciaran una serie de incineraciones tanto esa misma tarde como el día siguiente, a pesar de que el sistema informático de la conselleria advertía de unas rachas fuertes de viento de poniente y, por tanto, no permitía la quema para no causar molestias a la ciudadanía.
Asociados de AVA-ASAJA y LA UNIÓ detallan que el fuego se descontroló durante varios días e incluso alcanzó la montaña de Cullera por tres puntos, lo que disparó el riesgo de incendio a niveles críticos y provocó una enorme humareda en las zonas próximas. Los arroceros afectados, a pesar de pedir a los cazadores que frenaran el avance de las llamas y de alertar a las autoridades, ahora pueden estar expuestos a importantes sanciones como la pérdida de las ayudas agroambientales del cultivo del arroz incluidas en la Política Agrícola Común (PAC).
Las organizaciones agrarias considerarían “totalmente injusto” y plantearían emprender acciones judiciales en caso de que los arroceros reciban por parte de la Administración penalizaciones por una actuación “imprudente” que han cometido otros. Los representantes de los agricultores explican que “todos los años algunos cazadores han salido a quemar la paja del arroz antes de que entremos los propietarios de los campos para empezar la caza, pero lo de este año clama al cielo. El alcalde Jordi Mayor siempre ha apoyado la quema de este residuo porque conoce los beneficios que esta práctica tiene sobre el cultivo y el lago, si bien el ayuntamiento no debió adelantarse a la autorización de la conselleria. Algunos cazadores se adelantaron al plazo general, continuaron al día siguiente a pesar de que el viento lo desaconsejaba y durante los siguientes días pusieron en peligro a todos. Creo que desde el ayuntamiento se tiene que hacer pedagogía con los cazadores, para que comprendan que somos los propietarios de los campos los que tenemos que realizar la quema de la paja”.